Todas las actividades están diseñadas e implementadas con sentido de enseñanza aprendizaje y/o entrenamiento. Nuestras referencias son: el modelo integral de entrenamiento, el paradigma de la complejidad, el minimalismo, las tácticas analógicas y la vieja escuela expedicionaria.
El montañismo y la escalada están sujetos a los dinámicos y azarosos efectos de los elementos de la naturaleza y ademas se manifiestan, de manera espontanea, los aspectos emotivos y sensitivos de los deportistas. Por ello el abordaje desde una perspectiva cartesiana no alcanza para una interpretación global de la actividad, hacerlo desde una perspectiva no lineal y con sentido de proceso nos dará mejores resultados. La respuesta a estas demandas la encontramos en la propuesta llamada teoría general de sistemas dinámicos, de la cual deriva el paradigma de la complejidad que nos permite tener en cuenta fenómenos como el azar, el solapamiento y el desorden de los aspectos o categorías discriminadas en la pirámide, entra en juego así el concepto de adaptación compartiendo papel con la planificación más mecanicista a que estamos acostumbrados. Nos esforzamos por desarrollar un entendimiento holístico que nos permita comprender y aprovechar las interacciones de las variables, categorías y elementos que intervienen en el desarrollo de nuestro deporte y ser fieles a ello.
Reconocemos nuestra tendencia a modificar el ambiente, urbanizarlo para hacerlo más confortable, pero entendemos las actividades de montaña como hechos esporádicos, con fines deportivo recreativos y cuyo valor está en desarrollar la sensibilidad para integrarnos al medio ambiente con la menor huella posible, de allí nuestro apego al minimalismo. Del criterio de adaptación, presente en estas declaraciones proviene la asimilación, estudio y practica de las tácticas analógicas, no desestimamos el dominio y uso de tecnologías digitales, pero no queremos ser dependientes de sistemas cuya fragilidad es clara, ademas de despojarnos de capacidades mentales y sensoriales que nos hacen más independientes y autónomos en medio de la naturaleza y sus caprichos.
Celebramos el espíritu exploratorio, aventurero y expedicionario.
Un paso que sintetiza mucho de lo explicado hasta aquí es el recurso que nos dan las tradiciones expedicionarias y montañeras, ellas nos sirven para proyectar lo que queremos hacer, como lo haremos y porque lo haremos como lo haremos, tres afirmaciones importantes que dan contenido al argumento necesario para sostener en el tiempo y en el entorno humano, actividades sin utilidad aparente cuyo sentido se encuentra en aspectos inmateriales como la satisfacción, el desarrollo del carácter y la armonía con el medio ambiente. Un modelo actitudinal, técnico y táctico que se inspira en la literatura, las leyendas y los recuerdos que se remontan, en el primer caso a los anales de la especie y el montañismo más de doscientos años de acciones en todas las montañas del planeta.
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